ONDAS
GRAVITACIONALES.
EN MEMORIA DE MILEVA MARIC
Un
grupo de científicos ha demostrado esta misma tarde la existencia de las ondas
gravitacionales y el mundo entero is living a celebration. Los
responsables de este experimento llamado Laser Interferometer
Gravitational-Wave Observatory -LIGO, el Álvaro Reyes de la física- abren
una nueva era en el conocimiento de la astronomía. Las ondas
gravitacionales son unas ondulaciones del espacio-tiempo producidas por un
cuerpo masivo acelerado, como las olas que se forman en el río cuando tiras un
cadáver a las cinco de la mañana. Además, la frecuencia de algunas de
estas ondas coinciden con las del sonido, permitiéndonos así ser radioyentes
del Spotify del universo.
Este
descubrimiento está resultando ser uno de los hallazgos más importantes del
siglo XXI, que si lo piensas bien sólo llevamos 15 años dentro de él y tampoco
es para tanto.
Pero
me parece más importante hablar de otra cosa, alejada, si así lo queréis, de la
ciencia. Sostengo mi tesis en la experiencia de una vida entera
coexistiendo en el patriarcado, el más empírico de todos los métodos
científicos. Allá voy.
Las
portadas de los diarios, boletines, gacetas y rotativos vuelven a
ovacionar a Albert Einstein con el descubrimiento de las ondas gravitacionales,
ese entrañable abuelito de pelo cano que saca la lengua en los pósters que
puedes comprarte en el Rastro por 6,99e. ¿Por qué esto supone tanta rabia en
el cuerpo de esta sexy feminista? Porque hoy no solamente es el día en que
el mundo celebra el descubrimiento de estas ondas, hoy el mundo también
reivindica el Día Internacional de la Mujer en la Ciencia y parece que
se nos ha olvidado.
La
historia científica, como buena hermana de cualquier rama histórica, parece
olvidar en todo momento la mitad de cada narración.
Mileva
Maric se gradúa en el año 1890, obteniendo la máxima calificación en
Física y Química. Es aceptada como estudiante privada en el Colegio Real de
Zagreb como excepción puesto que el centro sólo admitía hombres.
En 1896 sería la quinta mujer que consigue acceder al Instituto
Politécnico de Zúrich y continúa sus estudios de física y matemáticas. Allí
conoce al que años más tarde sería su marido, Albert Einstein.
En
1901, Mileva queda embarazada, lo que la impide terminar el único examen que le
queda para concluir sus estudios. Se recluye en la casa de su hermana y
Albert la presiona para dar en adopción a la niña puesto que no sería hasta dos
años más tarde que se casaran y él no podía consentir esa deshonra. Jamás admite
a su propia familia que ha sido padre.
Ella
continúa sus investigaciones sobre la teoría de los números, cálculo
diferencial e integral, funciones elípticas, teoría del calor y
electrodinámica. También trabaja junto a su compañero en lo que conocemos hoy
como la Teoría de la Relatividad. En toda la correspondencia que
encontramos tanto de Albert como de Mileva, podemos leer que ambos hablan de la
autoría conjunta de la Teoría, de hecho su inicio se encuentra en la tesis que
Mileva escribe y presenta al profesor Weber, en la propia universidad de
Zurich.
En
los años de matrimonio y de elaboración de la Teoría de la
Relatividad, Albert Einstein da clases, conferencias de física y tiene
sexo con guapas amantes ,entre ellas su propia prima. Mientras, Mileva Maric
cuida de la casa, alimenta a su familia, gestiona la economía
doméstica, cría a dos hijos (uno de ellos con una fuerte lesión cognitiva) y
ayuda a Einstein en la preparación de esas clases y conferencias.
Cuando
se mudan a Berlín, el maltrato al que somete a Mileva llega al máximo límite
de violencia llegando a escribir estas aberrantes imposiciones de convivencia:
Tendrás
que encárgate de que:
Mi
ropa este siempre ordenada.
Se
me sirvan tres comidas diarias en mi cuarto.
Mi
dormitorio y mi estudio estén siempre en orden y de que nadie toque mi
escritorio.
Debes
renunciara todo tipo de relaciones personales conmigo, con excepción de
aquellas requeridas para el mantenimiento de las apariencias sociales.
No
debes pedir que:
Me
siente contigo en casa.
Salga
contigo o te lleve de viaje.
Debes
comprometerte explícitamente a observar los siguientes puntos:
No
debes esperar afecto de mi parte y no me reprocharas por ello.
Debes
responder inmediatamente cuando te dirija la palabra.
Debes
abandonar mi dormitorio o mi estudio en el acto.
Prometerás
no denigrarme cuando así te lo demande yo ante mis hijos, ya sea de palabra o
de obra.
En
1919, Mileva Maric consigue negociar durante el divorcio que
si a Einstein le nombran Premio Nobel, le tendría que dar parte del
premio en reconocimiento a su trabajo. Cuando llega el momento y finalmente es
premiado con el máximo reconocimiento en el mundo de la física, Albert Einstein
le entrega a su exmujer, con todo el odio de su corazón, la cantidad íntegra
del Nobel quizá por miedo a que lo destapara. Ella utiliza este dinero para
el tratamiento de la esquizofrenia de su segundo hijo.
En
1936, Albert Einstein llega a negar las ondas gravitacionales que hasta ese
momento habían formado parte de la ya famosísima teoría, cosa que jamás hace
Mileva.
Muere
sola en el hospital en 1948, pero hace mantener en su lápida el apellido
Einstein como forma de reivindicar que ella es la madre de la Teoría de la
Relatividad y la verdadera merecedora del Premio Nobel de Física.
Cuántas mujeres como Mileva, siguen estando ocultas en la historia machista y androcentrica que impregnan los libros de texto y materiales que se utilizan en el sistema educativo.Por eso es tan importante nuestra labor dentro y fuera de las escuelas en visibilizar a todas estas mujeres y darles su justo reconocimiento.
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